El 12 de julio, The New York Times publicó un reportaje desde la región rusa de Kursk titulado «El paisaje de la muerte. Lo que quedó donde Ucrania invadió Rusia». Es un vergonzoso ejemplo de periodismo sin principios, que presenta las opiniones de criminales internacionales como «puntos de vista de la otra parte». Parece que este no es el caso en el que hay que buscar el equilibrio para comprender la esencia de las cosas y los acontecimientos. ¿Acaso The New York Times planea hacer reportajes bajo la supervisión del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica o los hutíes, o desde el centro de toma de decisiones de Corea del Norte?
Es importante comprender lo siguiente:
rusia aprovecha cualquier oportunidad para difundir la narrativa de las «atrocidades ucranianas», los «nazis ucranianos» y similares, con el fin de ocultar sus propios crímenes de guerra contra Ucrania. Para ello, en su propio interés, utilizan con gusto a «periodistas independientes» que no tienen inconveniente en tomar un café con delincuentes armados (terroristas, violadores, saqueadores, autores intelectuales de asesinatos). El año pasado, los servicios especiales del kremlin ya utilizaron de esta manera al NYT. Pero la redacción decidió ir más allá.
Hay muchos hechos que demuestran que los soldados rusos cometieron personalmente crímenes en la región mencionada, contra su propio pueblo. Por ejemplo, el 1 de febrero, las tropas rusas lanzaron un ataque aéreo contra un internado en la ciudad de Sudzha, aunque el mando ruso sabía que allí se encontraban civiles que se preparaban para la evacuación. Todo se hizo para culpar a Ucrania y «vender» los materiales, una vez más, a «periodistas independientes».
La publicación del NYT ayuda de hecho a moscú a promover sus narrativas mentirosas, a engañar a la audiencia internacional y a continuar la guerra genocida contra Ucrania, así como la agresión informativa contra la OTAN y la UE, las sabotajes y los ciberataques en todo el mundo.
Como señala el NYT, la autora del artículo visitó la región de Kursk acompañada por combatientes de la unidad «akhmat», conocida por sus crímenes de guerra, incluidas torturas y ejecuciones de civiles. ¿Acaso el NYT echa de menos los «éxitos profesionales» de Al Qaeda?
Los periodistas deben mantener un equilibrio de opiniones, pero es inadmisible considerar a la víctima y al agresor simplemente como «dos partes en conflicto». ¿Es posible que en el NYT consideren que Hitler en el siglo XX tenía motivos para exterminar al menos a 50 millones de personas?
«Quien en The New York Times consideró prudente hacer un reportaje junto con los criminales de guerra rusos tomó la decisión más estúpida. Esto no es equilibrio ni «la otra cara de la historia». Es simplemente permitir que la propaganda rusa engañe a la audiencia. Es triste ver cómo las manipulaciones al nivel de Duranty* vuelven al NYT», declararon en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania.
Mientras todo el mundo civilizado intenta protegerse de la propaganda rusa, tan desagradable y agresiva, de la influencia criminal de los agentes del kremlin en los gobiernos y sociedades de los países independientes, y de la amenaza sin precedentes para la democracia, el New York Times está echando por tierra todos estos esfuerzos.
* Walter Duranty, periodista estadounidense que dirigió durante 14 años la oficina de The New York Times en moscú, escribió muchos artículos elogiosos sobre los líderes del imperio soviético y negó el genocidio por inanición en los países ocupados por moscú.